1.
Todos los personajes ven al hombre herido, apaleado, sufriente, medio muerto. Las personas en paro, los desahuciados, los enfermos solos, las mujeres maltratadas, los sintecho... están en nuestras calles y plazas. Sin embargo hoy hay muchas personas que como el sacerdote y el levita “viendo no ven y oyendo no entienden”...
Hoy en día hay muchas realidades que recuerdan al hombre apaleado de la parábola. Son realidades paralelas a la nuestra y, con frecuencia, no nos damos cuenta de su existencia, o más bien, no queremos darnos cuenta. Hay personas apaleadas por la enfermedad o la mala fortuna, víctimas de accidentes que se preguntan "¿por qué a mí?", personas sin techo que viven en la calle de cuyo sufrimiento no somos conscientes porque son como invisibles para nosotros, a pesar de que nuestros ojos los vean en las calles. Pasamos de largo de su sufrimiento porque no nos ha tocado a nosotros o a nuestros seres queridos. Pero, todavía es más terrible cuando son personas apaleadas por sus semejantes, víctimas inocentes de la injusticia de otros seres humanos que no los respetan o los oprimen o utilizan para conseguir beneficios a su costa. En esos casos nuestro pasar de largo es aún más culpable porque, con frecuencia, también nosotros nos beneficiamos de un sistema que se enriquece a costa de la pobreza o el dolor de otros. Pensemos en los refugiados, los inmigrantes que arriesgan sus vidas en el mar, los niños esclavos que trabajan en las minas o fabrican nuestras prendas de marca... No hacemos nada por cambiarlo, no nos paramos a socorrerlos, y lo que es peor, contemplamos impasibles como los bandidos les apalean, y esto no debería ocurrir.
No es lo mismo ver que comprender porque muchas cosas las vemos pero pasamos de ellas sin darles la importancia que se merecen hasta el momento que las comprendemos y valoramos la relevancia que tienen. A veces, es peor, porque ni tan siquiera somos capaces de ver... porque las realidades que nos desagradan preferimos no verlas, hasta el punto que las personas que sufren se convierten para nosotros en seres "invisibles". Cuando, en el mejor de los casos, vemos y nos damos cuenta de lo que ocurre, pensamos "mala suerte", sin ser capaces de analizar la situación y sus causas. La gente que sufre con frecuencia son víctimas y si hay víctimas es que hay verdugos. Eso es empezar a comprender la realidad, hacerse cargo de ella.
Una "venda" que impide pasar de uno a otro es el miedo, el miedo a perder, el miedo a equivocarte, el miedo a lo que pueda suceder sin estar preparado... Y especialmente, el miedo al compromiso. Pensar que no podemos hacer nada por cambiar la situación es mucho más cómodo que implicarse, porque el compromiso siempre tiene un precio.
El primer paso es ver la realidad, hacerse consciente de ella. Después viene el comprenderla, es decir, ser capaz de analizar sus causas. Pero todo eso no es suficiente. La consecuencia debería ser actuar para cambiar la realidad que no podemos aceptar. Lo necesario para llegar a actuar eres tú mismo y tu actitud; "querer es poder".
2. Lia la protagonista tiene una visión más abierta que el resto de sus compañeras, sin embargo sus amigas son racistas y xenofóbas, se ríen de la situación que Lia está viviendo. Lia ve al chico como una persona, sus amigas lo ven como un problema; a lo sumo, entienden que Lia lo acoja como una obra de caridad. Sus amigas llevan la venda de los estereotipos (chico negro y grande bajo el mismo techo es un peligro para su hija) y la venda de la ignorancia (se ríen y ridiculizan lo que no entienden). El factor que hace que Lia vea las cosas de otra manera es que Lia lo ve como una verdadera oportunidad: no es ella quien le cambia la vida, sino él quien la está cambiando a ella y a su familia, les está haciendo mejores personas.
3. “la civilización del amor”, “la gran compasión”
4. Malala Yousafzai
Una "venda" que impide pasar de uno a otro es el miedo, el miedo a perder, el miedo a equivocarte, el miedo a lo que pueda suceder sin estar preparado... Y especialmente, el miedo al compromiso. Pensar que no podemos hacer nada por cambiar la situación es mucho más cómodo que implicarse, porque el compromiso siempre tiene un precio.
El primer paso es ver la realidad, hacerse consciente de ella. Después viene el comprenderla, es decir, ser capaz de analizar sus causas. Pero todo eso no es suficiente. La consecuencia debería ser actuar para cambiar la realidad que no podemos aceptar. Lo necesario para llegar a actuar eres tú mismo y tu actitud; "querer es poder".
"WANT IS POWER"
3. “la civilización del amor”, “la gran compasión”
- Vivimos en un mundo en el que domina la primacía de las cosas sobre las personas. Es la civilización de la acumulación y la avaricia, y por ello también, la civilización de la opresión y la violencia. Frente a ella, los cristianos proponemos la Civilización del Amor. La Civilización del Amor es la que desarrolla unas relaciones basadas en la compasión hacia todos los seres humanos y hacia la vida en general. Por eso, es una propuesta de vida, es un compromiso, es utopía y a la vez realidad, es tarea y sobre todo es esperanza.
La Civilización del Amor es una fuente de liberación universal porque:
- Es un sí al Amor como vocación humana.
- Es un sí a la vida.
- Es un sí a la justicia.
- Es un sí a la paz.
- Es un sí a la libertad.
- Es un sí a la verdad.
- Es un sí al compartir.
- Es un sí a la integración.
- Es un sí al respeto a las diferentes culturas.
- .Es un sí al respeto a la Naturaleza.
Este video de Luis Guitarra presenta el significado de esta propuesta:
- Cuando tomamos conciencia de nuestro propio sufrimiento, surge el deseo espontáneo de liberarnos de él. Si logramos ampliar este deseo
a los demás, a través de la comprensión de nuestro deseo instintivo común de
evitar y superar el sufrimiento, ese estado mental se llama la "Gran Compasión".
- Para cultivar esta gran compasión en nuestro interior, lo primero que necesitamos es fomentar lo que se llama el amor bienhechor, una sensación de conexión y cercanía con todas las criaturas. En segundo lugar, tenemos que entender que el sufrimiento forma parte de la vida, pero sentir insatisfacción ante él.
En este video, el monje budista Paul Ricard explica el significado de la compasión en el budismo:
- Creo que la empatía es muy importante, ponerse en el lugar del otro y saber por todo lo que están pasando eso es una actitud necesaria para poder acabar con el sufrimiento, dolor, injusticias... Es fundamental entender y asumir la igualdad entre nosotros mismos y los demás, todos queremos evitar el sufrimiento y disfrutar de la felicidad, luego, debemos hacer lo posible porque los demás disfruten de aquello que tanto deseo. Es la regla de oro de todas las religiones: haz a los demás lo que quieres para ti y no les hagas lo que tú no deseas.
4. Malala Yousafzai
En la tarde del 9 de octubre de
2012, Yousafzai abordó su autobús escolar en el distrito paquistaní de Swat. Un
hombre armado abordó y preguntó por ella llamándola por su nombre, y luego le
apuntó con una pistola y le disparó tres veces. Una de las balas dio en el lado
izquierdo de la frente de Yousafzai, la bala atravesó la piel a través de la
longitud de la cara, y luego entró en el hombro.En los días posteriores al
ataque, Malala permaneció inconsciente y en estado crítico, pero más tarde, su
condición mejoró lo suficiente como para que ella fuese enviada al Hospital
Queen Elizabeth de Birmingham, (Inglaterra),
para la rehabilitación intensiva.
Malala Yousafzai consiguió su objetivo que era lograr la educación de
las niñas.

¡Buen trabajo!
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